Se dice: "Los hombres no lloran"*.
Pero, no es que los hombres no lloren, sino que el
llanto es a los pies de Cristo. Un llanto que expresa el dolor humildemente
reconocido en el yo cotidiano.
El yo cotidiano esta
constituido de todas sus emociones y experiencias de vida, desde las más sencillas y vanales hasta las complejas y profundas, aquellas que nos interpelan profundamente. El reconocerlo es precisamente ponerle
nombre a cada emoción y expresarla principalmente a los pies de Cristo en
oración, en una oración tan profunda como la de Jesús en el huerto de los
olivos (Lc 22,42) o la de Pablo (2 Co. 3,8) cuando decía “tres veces te he
pedido que apartes de mi esta espina…”. Después, expresarlas a otro ser humano,
que puede ser un amigo, un sacerdote o un psicólogo. Lo importante es que esa expresión
sea humildemente sincera.
Lloremos siguiendo el modelo
de Cristo como verdadero hombre (aunque inseparable de la divinidad). Jn 12,35.
*Podría decir, “se decía” pero aún se dice.
Rubén Espinoza
manifestar un sentimiento, una emoción, se nos ha tachado siempre de que es una debilidad cuando en realidad debería ser considerado una fortaleza de rebeldía y represión del ego frente al otro por pura compasión como hiz Cristo cuando pese a ser azotado y humillado no atenta contra nadie y reprme su fuerza... lamentablemente y en paises como el mio, Espña, esto sigue siendo y estando muy arraigado y los hombres no lloran... y tal vez deberían, no como expresión de nada sino como forma de soltar parte del lastre que llevamos encima.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. el llanto como algo natural.
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